Entrevista Elena Vizcay

“Queremos dar a los menores en acogida lo más parecido a una vida en familia”, Elena Vizcay, directora de Nuevo Futuro.

2 julio 2019 Noticias Social

La Asociación Navarra Nuevo Futuro nació el 16 de junio de 1971 de la mano de la familia Huarte. En aquel momento, la familia detectó la necesidad que tenían los niños huérfanos de vivir en el seno de una familia lo más parecida a una familia real. De ahí surgieron los primeros hogares de la asociación para ayudar a los menores que se encontraban en una situación de dificultad social, hace ya 48 años.

En este tiempo la sociedad ha evolucionado y las necesidades son otras. Las problemáticas sociales cambian y con ellas las acciones llevadas a cabo por Nuevo Futuro.

Hemos hablado con Elena Vizcay, la directora de la asociación, para que nos cuente cómo desarrolla Nuevo Futuro su función.

¿Cómo ha cambiado el perfil de los menores de acogida?

En la actualidad, las dificultades se encuentran normalmente dentro de las propias familias de los menores. Suelen ser familias que, a pesar de querer a sus hijos, son multiproblemáticas y en ocasiones no pueden hacerse cargo de ellos de la manera adecuada. En ese momento, estos menores entran a vivir en los hogares de acogida de la asociación. Unos pisos en los que conviven de ocho a diez niños de edades comprendidas entre los 6 y los 18 años.

¿Cómo es el funcionamiento de esos pisos?

Nuevo Futuro lo que busca es que la vida de estos niños sea lo más parecida a una vida en familia, a la vida de cualquier otro niño. Su estancia con nosotros pretende ser una solución temporal hasta que se solucione la problemática presente en su familia, porque lo ideal es que estén con ellos siempre que se pueda.

¿Es posible conseguir ese sentimiento de familia?

En los pisos de acogida surgen las mismas situaciones que pueden darse en cualquier familia. Para nosotros lo más importante es que aprendan a convivir. Tienen que aprender a gestionar muchas situaciones porque no han tenido una figura que les eduque correctamente para la convivencia y están faltos de recursos.

Muchas veces hay que corregir lo que ha vivido. Intentamos que vivan en paz. Los hogares son sus casas, su espacio de seguridad, es donde conviven, donde estudian, donde comen, se duchan, se relajan…

¿Cómo se prepara a los menores ante una posible salida del hogar de acogida?

Es muy bonita esta reflexión. Nuestros educadores les transmiten siempre la misma idea, no solo por profesionalidad, también por amor: que un niño se vaya de aquí es que las cosas buenas van a venir a su vida otra vez. Significa que el problema o problemas que había en su familia se han resuelto y está volviendo a donde tiene que estar. Por su bien, sin perder el cariño y la cercanía, queremos que se marche.

El momento de la despedida es difícil, pero durante el tiempo que hemos estado juntos y hemos podido compartir, les hemos enseñado que es importante vivir el aquí y el ahora, lo que llamamos consciencia. Lo más bonito que sienten los educadores es que ayudan a crear, a crecer, a hacer personas, pero con toda la generosidad del mundo porque mañana se pueden ir.

Intentamos prepararlos para que sean capaces de desprenderse emocionalmente una vez llegue el momento de irse. Pero no solo a ellos, también a los propios educadores. A veces ellos mismos sienten cierta frustración cuando después de tanto tiempo juntos llega el momento de que el menor se vaya y no se despide. Es como: “¿Ni un beso o abrazo de despedida?”. Pero hay que entender que muchas veces esa reacción viene provocada por la propia situación. Les toca vivir un momento difícil, vuelven con su familia y no saben gestionar todas esas emociones.

Los menores pueden permanecer en los hogares de acogida de Nuevo Futuro hasta los 18 años, ¿cómo se les prepara para su emancipación?

Cuando llegan a los 16 años se les empieza a preparar para un choque con la realidad. Se les pone en conocimiento de que en dos años van a tener que emanciparse y vivir solos.

En muchas ocasiones se produce un retroceso en sus vidas porque solo se preguntan: “¿Yo dónde voy a vivir? ¿De qué voy a vivir si estoy estudiando?”. Todo lo que se había avanzado con ellos durante los años de estancia en el piso puede desaparecer durante esta etapa. Quieren quedarse con 16 años y no llegar a los 18. La sociedad no está preparada para que jóvenes de 18 años se mantengan por sí mismos.

¿Existe algún tipo de ayuda?

Desde hace unos años existe el Programa en medio abierto de Autonomía y Emancipación del Gobierno de Navarra. En Nuevo Futuro realizamos un acompañamiento durante toda esa etapa para que puedan salir adelante. Aunque tengan que salir de los hogares a los 18 años, podemos guiarlos y acompañarlos hasta los 21 probando lo que es vivir independiente. No los vamos a echar a los 18 años y, si vienen pidiendo ayuda, cerrarles la puerta con llave. Es que es impensable, son personas.

Además, se trata de una etapa difícil en su desarrollo.

La etapa de los 16 a los 21 años es una etapa fundamental, son años que determinarán su desarrollo personal.

Es una realidad que les confronta con la vida, a ellos y a todos nosotros. Su cabeza no deja de pensar cómo lo van a hacer, cómo se van a enfrentar al mundo solos si no tienen nada. ¿Cómo les vamos a pedir que se centren en el colegio o en los estudios si su cabeza no se centra? Es imposible.

Por ejemplo, una de las chicas cuando salió hizo una reflexión que ni nosotros podríamos haber hecho: “Cuando el resto de chavales de mi edad está pensando por qué mis padres no me compran el siguiente modelo de móvil, yo de lo que tengo que estar preocupada es de qué voy a comer el mes que viene. Déjate del móvil, lo que me importa es cómo voy a vivir”.

Intentamos encaminarlos hacia una dirección que les permita comer cuando salgan de aquí. Hay que ser realistas. Claro que tenemos niños capaces de estudiar una carrera, pero tienen que ver que de algo tienen que comer mientras estudian. La realidad nos golpea de frente.

Algunos de ellos incluso vuelven con sus familias. Es una decisión respetable, pero que tienen que pensar mucho. Si hasta ese momento no habían dejado el hogar de Nuevo Futuro es porque el problema o los problemas por los que llegaron aquí no se habían solucionado y se había valorado que no debían volver.

Entre las ayudas que reciben cuentan con ayuda psicológica, ¿cómo se les ayuda a gestionar sus emociones?

Intentamos que reflexionen constantemente sobre su estado de ánimo. Que identifiquen cómo se encuentran, por qué están así y qué pueden hacer para cambiarlo.

Por lo general, son unos niños con un desarrollo personal y emocional muy elevado. Les ha tocado pasar por situaciones complejas que les han hecho madurar. Intentamos trabajar desde la educación emocional para que sean capaces de enfrentarse a la realidad. Aunque nosotros intentemos que su vida sea lo más parecida a la del resto de niños, siempre existen las comparaciones y ellos saben que según qué cosas no las van a poder realizar y tienen que estar preparados para entenderlo.

En GSE queremos colaborar con la Asociación Navarra Nuevo Futuro para ayudar a que la vida de estos menores sea todavía más feliz. Así nace GSE Social. Tres proyectos, tres ideas que esperan vuestra ayuda: Vuelta al cole, Cursos solidarios y Reciclaje de equipos informáticos.

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